Dra. Emma Camacho

«Mientras el mundo lucha por controlar la pandemia COVID-19 causada por el nuevo coronavirus (SARS-CoV-2), se estima que el uso excesivo e inapropiado de antibióticos, microbicidas y desinfectantes tendrá un grave impacto en el desarrollo de microorganismos con resistencia a las drogas hoy día disponibles.

En lo que atañe a las infecciones causadas por hongos, las micosis invasivas han incrementado significativamente en las últimas décadas y su tasa de mortalidad continua siendo inaceptablemente alta. Mundialmente, fueron responsables de por lo menos 1.5 millones de muertes cada año. Las opciones terapeúticas para el manejo de las micosis invasivas se limitan a tres clases de antifúngicos. Los mecanismos moleculares asociados a la resistencia a antifúngicos incluyen alteración de la interacción droga-blanco, disminución de la concentración intracelular de droga debido a la actividad de bombas de eflujo y la presencia de biopelículas que atrapan a los antifúngicos impidiendo su efectivo acceso al blanco.

Aún más alarmante, se observa la aparición de hongos naturalmente resistentes a múltiples drogas como Candida  auris , un organismo nosocomial con mortalidad similar al SARS-CoV-2. Elestrés celular inducido por el tratamiento con antimicrobianos promueve adaptación y contribuye al desarrollo de resistencia en estos microorganismos. En el medio de esta pandemia, es vital preservar la efectividad de las escasas drogas antifúngicas disponibles mediante el control de su uso, monitoreo de su efectividad y desarrollo de mejores técnicas y estrategias de diagnóstico que permite su uso dirigido «.

Dra. Emma Camacho.

Dpto. de Microbiología e lmmunología Molecular

Escuela de Salud de Pública – Universidad Johns Hopkins

Dra. Dilia Martínez-Méndez

«La enfermedad fúngica es un desafío dinámico. Anualmente, alrededor de 300 millones de personas padecen alguna micosis, causando más de un millón y medio de muertes. El progreso en los métodos moleculares ha incrementado la diversidad genética describiendo nuevas especies y reclasificando algunas de las ya conocidos que expresan elaborados factores de virulencia favoreciendo la resistencia a la terapia antimicótica.

Conocer los mecanismos de resistencia permite entender y fomentar el uso racional de los antifúngicos dentro del limitado arsenal del que disponemos, reducido a tres familias utilizadas en primera línea en infección fúngica invasiva: Polienos, Azoles y Equinocandinas y tres grupos utilizados puntualmente: Alilaminas , con excelente respuesta tópica para micosis superficial y sistémica para micosis endémicas, los que interfieren en la síntesis de ácidos nucleicos (flucitosina y griseofulvina), aún con buena respuesta en algunas micosis, pero cada vez menos disponibles y el yoduro de potasio, utilizado antiguamente como antifúngico con respuesta limitada pero eficaz para alguna micosis oral. Por si fue poco, el desarrollo actual de fármacos se encuentra circunscrito a los azoles y equinocandinas, sin aportar nuevos mecanismos de acción.

Ante esta panorámica, frente al paciente se debe estudiar simultáneamente la resistencia a) clínica: respuesta inmunitaria, presencia de foco de infección persistente, polimorfismo de genes que inciden en el metabolismo de la droga, interacciones farmacológicas, variabilidad genética de los transportadores yb) microbiológica : resistencia intrínseca, resistencia primaria por mutación, secundaria a uso de antifúngicos (alteración genética transitoria mediada por plásmidos), formación de biopelículas (biofilm), alteración de bombas de eflujo y transportadores, alteración en el procesamiento intracelular, mutación y desregulación de la enzima diana y alteración en las enzimas de la biosíntesis del ergosterol.

El éxito terapéutico depende de la integración del diagnóstico eficaz y oportuno, la correcta identificación de especie que incluye antifungigrama, entender los mecanismos de resistencia, disponer del tratamiento adecuado y realizar farmacovigilancia. Todo ello, incentivando la enseñanza clínica y mantener programas de prevención, pesquisa y vigilancia, pues el diseño terapéutico individualizado, en la nueva realidad económica y de salud mundial continúa siendo una utopía en la mayoría de nuestros países.

Entonces, los hongos se resisten y nosotros, ¿también? «

Dra. Dilia Martínez-Méndez

Médico Internista-Micólogo

Director de investigación

Unidad de Inmunología “Prof. Nola Montiel ”

Universidad del Zulia. Venezuela

Dra. Vera Reviákina

«La resistencia intrínseca y adquirida de los hongos filamentosos y levaduriformes a los antifúngicos, generada por diferentes mecanismos, se ha convertido en un problema que es motivo de preocupación a nivel mundial.

Un buen programa de administración y control de antifúngicos, apoyado en el diagnóstico precoz de las infecciones micóticas, ayudará a prevenir el uso indiscriminado de los mismos, disminuyendo la aparición de resistencia al tratamiento y la mortalidad causada por estas infecciones.

Este curso proporcionará a los participantes las herramientas necesarias para la comprensión y aprendizaje de los mecanismos de resistencia de los hongos a los antifúngicos».

Dra. Vera Reviákina

Médico Microbiólogo

MSc. en Micología.

Comisión editora de la Revista de la Sociedad Venezolana de Microbiología.

Dra. Jocays Caldera

«El reino de los hongos incluye más de 6 millones de especies, de las cuales más de 700 están vinculadas al ser humano, desde formar parte de la microbiota hasta producir infecciones letales.

Las micosis tienen una importante morbimorbilidad, debido al aumento de la expectativa de vida de pacientes susceptibles y al advenimiento progresivo de nuevas terapias supresoras, antibióticos de amplio espectro y técnicas invasivas, pero sus cifras reales se desconocen por no existir bases de datos fidedignos debido a que no son enfermedades de denuncia obligatoria.

El carecer de datos epidemiológicos confiables y oportunos provoca una debilidad en el pensamiento y la orientación diagnóstica hacia estas enfermedades potencialmente mortales y esto aunado a la deficiencia de métodos diagnósticos y recursos terapéuticos, que se aprecia y se acentúa cada vez más en los países con deterioro económico, conlleva a un grave problema que se traduce en complicaciones y aumento de la mortalidad.

Por otro lado, se aprecia el aumento de las cifras de mortalidad por fungemias (candidemia), la emergencia de nuevos patógenos multirresistentes, como por ejemplo Candida auris y el aumento progresivo de la resistencia, que sumado a la disponibilidad de pocas familias de drogas antifúngicas generan un problema de salud de alto impacto en nuestros países.

De allí la imperiosa necesidad de mantener los grupos de investigación, la importancia de conocer los mecanismos de resistencia antifúngica para el adecuado uso de las drogas, mantener canales informativos y bases de datos, fortalecer la educación médica y el pensamiento diagnóstico hacia las micosis y sus problemas asociados, y promover la inversión en los laboratorios, los recursos diagnósticos y terapéuticos en las instituciones de salud».

Dra. Jocays Caldera

Médico Infectólogo – Micólogo

Hospital Universitario de Caracas

Centro Médico Docente la Trinidad